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Los luchadores por instaurar la razón y la verdad merecen todo nuetro respeto y Antonio Marín, es uno de los abanderados
Antonio Marín Segovia, habla al numeroso publíco en uno de sus multiples actos en el que participa tan ilustrado y valiente defensor de las causas de los más débíles.
Antonio Marín Segovia: "Si la cultura no sirve para liberar al ser y su entorno, es que es una estafa"
Este es el escrito que nos ha remitido ese defensor de la razón y adelantado previsor de los acontecimientos quien en el año 2011, ya nos advirtió “denunciando el silencio ignominioso e indecente de los medios de comunicación, que ocultaron las graves responsabilidades del Banco de España y del gobierno central, en la destrucción y fagocitación de las cajas de ahorro valencianas”.En ésta ocasión su certero y pertinaz bolígrafo lo dirige a la gente del gremio de la cultura y dice así:
“Aquí, la gente del gremio de la cultura lleva muchos años pasando hambre (entre otras cosas, la crisis acabó con toda la industria audiovisual valenciana, fuente de trabajo para muchas artes aplicadas) y andarán hiperventilando al olor de cargos, subvenciones, prebendas: eso de que “no hay dinero” y sí, muchas prioridades escapa a su universo mental básicamente narciso. Te reitero mi opinión de que la política cultural en estos momentos, debería ser tan simple como:
¿Se vive en un régimen semi corrupto?
1) reducir TODO gasto superfluo 2) dedicar lo que haya a conservar y restaurar lo que queda, antes de que sea tarde. 3) Punto y se acabó.
Un artista, un artesano (sea cual sea su disciplina: texto, música, etc) debe ser libre y nadie le obliga a elegir un trabajo tan duro (en cuanto a ingresos): la sociedad no le debe nada (“haber elegido muelte”, que dice el chiste). Y en general, no te creas, “los productores” lo son: gente tranquila y reservada que vive hacia su interior. Cultura… para qué? Para seguir siendo parte y motor de un sistema que potencia y favorece la corrupción, el despilfarro y la violencia en todos sus espectáculos y comportamientos? Una cultura para alimentar el individualismo feroz, alabando y elogiando la impiedad, la impostura y la necedad, que siempre es masiva y tenazmente difundida por los medios de intoxicación públicos y privados, donde toda reflexión y duda han sido suprimidas de forma evidente.
¿Queremos una cultura donde únicamente sea visible aquello que es seleccionado previamente por los “elegidos” por los dioses, eliminándose voces críticas o los actores y “productores” que denuncian las injusticias y las vuelven a acercar a las numerosas víctimas: a nosotros mismos; seres secuestrados por el ilusionismo ciudadanista y sus secuelas?
Es el ciudadanismo y su lenguaje, preñado de calculada y siniestra ambigüedad, el mejor y más eficaz narcótico creado por el sistema. Ya han logrado la total desmovilización de la clase trabajadora, con la vana esperanza de que el cambio y la revolución se obtiene únicamente en el frente electoral. Craso error. El buenismo y el cortoplacismo electoralista de cierta izquierda y de los habituales progres de salón, provocan grandes decepciones y mortales derrotas. La historia así nos lo enseña”.
Texto y Foto, Juan B. Viñals Cebriá,