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El capitán del Sport Club Guaraní confesó que con el pasar del tiempo se ha convertido en un profesional más maduro en la institución carabobeña
Miguel Andrés Santana – Prensa Sport Club Guaraní
Ya tiene tres años vistiendo la franela del Sport Club Guaraní y todos los días entrena con la misma intensidad. Quienes no lo conocen, creen que se trata de un novato que está intentando ganarse un puesto dentro del combinado dirigido por Juan Manuel Mouro, pero no. Él es capitán de la escuadra carabobeña y cada mañana abre los ojos con una idéntica misión: superarse a sí mismo.
Apenas tiene 24 años y ya es considerado uno de los mejores defensores en la categoría de plata del Fútbol Nacional. Es callado, trabajador y amante del buen cine. En ocasiones, suele escribir sobre su principal pasión: el fútbol. Y a veces, cuando su apretada agenda de profesional se lo permite, mira los encuentros del Barcelona, pues ha confesado sentir admiración por Carles Puyol, su ídolo. Así es Ángel Colina, defensor del conjunto cabrialense.
Leer la prensa diariamente lo convierte en una persona analítica y de excelente ortografía. Le preocupa que su equipo gane todos los partidos disputados sin recibir ni siquiera un gol, pero entre su escala de inquietudes también figura mantenerse informado sobre temas actuales que tengan relevancia social.
"Nuestra sociedad camina a un ritmo vertiginoso y no estar enterado de lo que sucede a diario es un pecado. No me gusta que la gente crea que soy una persona con quien solo se puede hablar de deportes porque existe una variedad de temas interesantes de los cuales se puede conversar", explicó el zaguero con pasado en Carabobo Fútbol Club.
En relación al presente futbolístico del club cuya camisa defiende, aseguró que no ha dejado de trabajar pensando en conseguir el ascenso a Primera División, pues apenas tuvo unos días de descanso para compartir con sus más allegados en las ya finalizadas fiestas de fin de año. Buscará demostrar que se ha convertido en un defensor que posee mejores argumentos en la cancha.
"Cuando llegué a Guaraní era un muchacho joven con ganas de triunfar y ahora soy un futbolista con hambre de gloria, que es algo muy diferente. Antes quería demostrar que podía jugar a buen nivel, pero esta vez quiero estar entre los mejores del país y sé que lo lograré con el tiempo", agregó.
Colina sabe que lógica y deportes no son palabras afines. Confeccionar una plantilla competitiva no significa ganar, pero entiende que a los valencianos les hacía falta sumar elementos que pudiesen colaborar en todas las líneas. Su clave para estar entre los mejores de la nación se llama perfección.
"Si te equivocas en este campeonato, pierdes. Aquí el margen de error es prácticamente cero porque todos los equipos contra los que jugaremos son muy fuertes. Habrá dos filiales, Caracas y Mineros, pero los muchachos que componen esas plantillas van a querer mostrarse en buena forma", aseveró.
Respeta a todos sus contrincantes y a su criterio, ninguno es considerado el cuadro a vencer porque "decir eso sería tomar una importancia particular" y todos los encuentros "deben jugarse como si se tratase de una final".
En relación a los refuerzos, catalogó de positivo las llegadas de José Ramírez, Michelle Valencia, Aníbal Martínez y Jhoel Salazar, pues considera que son futbolistas que aportarán mucho dentro y fuera de cada escenario, por lo que espera entreguen lo mejor para conseguir la tan anhelada meta trazada.
Una vez más, volverá a intentarlo. En su primera ocasión se quedó a cuatro puntos de ascender a Primera División y casualmente, como cuestiones de casualidad, son cuatro los puntos que desea mejorar: velocidad, salida rápida, convicción y entrega. La suma de cada uno conformará un todo ganador.
"Voy a dar lo mejor de mí y no descansaré hasta ver que estemos compitiendo en el mejor nivel. Invito a mucha gente a que crea en nosotros porque este es un proyecto serio y nuestro equipo está para grandes cosas", finalizó