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Al quedarse con Alstom sobre su rival Siemens, General Electric (GE) cumplió una etapa importante de su transformación a grupo puramente industrial, pero su nueva sociedad con el Estado francés, conocido por su intervencionismo, hace amarga esta victoria, según analistas.
La empresa estadounidense concluyó el sábado un acuerdo bastante más complejo que la compra de la rama de energía del grupo industrial francés, propuesto hace dos meses.
GE retomará una parte de esta filial: 100% de las turbinas a gas, 100% de las turbinas a vapor no nucleares excepto en Francia, 50% de las turbinas a vapor nucleares, 100% de algunos sectores de energías renovables (eólica terrestre, solar, geotérmica) y 50% de las otras (eólicas marítimas e hidroelectricidad), así como 50% del sector redes eléctricas.
GE desembolsará 12.350 millones de euros. Alstom mantendrá sus actividades de transporte y GE le cederá en ese rubro sus actividades de señalización.
El Estado francés dispondrá de un derecho a veto en una empresa conjunta. Esta firma será propietaria de las actividades nucleares en Francia.
"GE debió hacer numerosas concesiones a los franceses. Sin embargo, concluir un acuerdo es una victoria dado el lado muy proteccionista del gobierno francés cuando se trata de energía. Es una victoria pírrica", estimó Albert Alfonso, del sitio Seekingalpha.com.
En igual tono, los analistas del Credit Suisse consideran que el acuerdo refuerza la posición de GE en el sector de turbinas y lo hace más sólido en los mercados de energía, al tiempo que le asegura presencia mundial en el sector de equipos para redes eléctricas.
"Incluso con las empresas compartidas" previstas en el acuerdo, "GE termina controlando la parte más importante de los activos de energía de Alstom" utilizados en toda Europa, destacan los analistas de Deutsche Bank.
Con esta operación, GE adquiere actividades muy lucrativas y con márgenes elevados de ganancias, como las vinculadas a turbinas, que le proveen contratos de larga duración, explicaron los analistas.
GE también desmiente que haya hecho una concesión al permitir al Estado francés ingresar al capital de una de las empresas resultantes.
"Ver llegar al Estado francés al capital de Alstom no es una sorpresa", indicó la firma.
Asimismo, descarta problemas vinculados a su promesa de crear empleos, al afirmar que un grupo de su tamaño, con una facturación de 146.000 millones de dólares en 2013 y unos 305.000 empleados en el mundo, puede crear 1.000 empleos en tres años sin demasiadas dificultades.
Alstom es la mayor adquisición en la historia de General Electric.
El grupo está reenfocándose al sector industrial en detrimento de su brazo financiero, GE Capital. Incluso este lunes vendió por 700 millones de euros su actividad de crédito al consumo en los países nórdicos de Europa., GE Money Bank AB, al banco español Santander.
Con Alstom, GE va a mejorar su posicionamiento en sectores como hidroelectricidad y energía nuclear, en donde está poco presente.
GE prevé un impacto de 8 a 10 centavos de ganancia adicionales por acción en 2016 gracias a esta compra.
El acuerdo "reduce" los riesgos para GE, según Deutsche Bank, ya que comparte con Alstom y el gobierno francés "activos riegosos".
El banco Morgan Stanley destaca sinergias de costos estimadas en 1.200 millones de dólares y estima que el acuerdo mejorará las ganancias de GE, aunque algo menos de lo previsto.