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Quince imágenes de paisajes traspasan la fotografía y se hacen pintura. Con el título Acqua, el Ateneo de Caracas presenta hasta finales de abril una muestra del trabajo más reciente del artista plástico Julio Iribarren. Acqua plantea una mirada personal de abordar el paisaje desde las posibilidades que permite la cámara digital.
"Mi trabajo lo hago con cámaras de bolsillo", afirma el artista. "No manipulo las imágenes con photoshop. Desde hace siete años experimento con los recursos que me ofrece la tecnología digital. Utilizo la luz para dibujar, para desdoblar, para deconstruir el paisaje, buscando escenas misteriosas, bucólicas y enigmáticas. Obtengo así imágenes que de alguna forma están en mis sueños, en mi memoria".
Iribarren, quien se ha especializado en el trabajo con la naturaleza de nuestro país, exhibe en esta ocasión 15 fotografías de mediano formato. La exposición fue cuidadosamente curada por el también reconocido fotógrafo Vasco Szinetar quien luego de explorar en la obra de Iribarren seleccionó las fotos que componen la muestra buscando en todas el hilo conductor acuoso.
En estas obras, el agua, elemento fundamental de la propuesta, se presenta a través del lente de Julio en varias locaciones y a distintas horas del día: : mares, lagunas o ríos y mediodías, atardeceres, o hasta bajo la luna. El artista juega a pintar con la cámara a través de la interacción entre la luz y el objeto con el que captura las imágenes. Abandona la fidelidad fotográfica para convertir lo que está en frente de la cámara en sueños, en recuerdos, en memorias personales., adquiriendo las piezas una dimensión pictórica.
Julio Iribarren se inició en la fotografía artística en los años 70, y por una década participó en los salones y colectivas más importantes de la época, como "Hecho en Venezuela", organizada por el recordado fotógrafo José Sigala en el Museo de Arte Contemporáneo de Caracas en 1978; el salón "La nueva naturaleza", en el Museo de Arte de Barquisimeto (1984); la muestra itinerante "Veintidós", que luego de recorrer todo el país se presentó en Finlandia; "Más de cien", en la Universidad Simón Bolívar (1988), entre muchas otras.
Más recientemente lo vimos en "Aires de esperanza" (galería Freites, 2008), Salón Michelena de Valencia (2010), "Entre cajas" (Espacios Capuy), en la Feria Iberoamericana de Arte, (FIA) y "No parecen vainas tuyas" en la Galería Diaz Mancini (2011) y "Animalia"(Centro de Artes Daniel Suares, 2012).
"Estuve literalmente 'congelado' por 10 años –afirma el artista-, hasta que la fotografía digital me permitió explorar sin presiones, casi como un divertimento. Poco a poco empezaron a aparecer imágenes que me interesaron y por ahí comienza la búsqueda, sacándolas de su realidad fotográfica para llevarlas a un plano diferente".
Antonio López Ortega, en la hoja de sala afirma que en estas obras: "el paisaje ya no es paisaje. Se ha convertido en otra cosa. Quiere ser orgánico, quiere ser una presencia fantasmal, quiere humanizarse pero en seres inasibles...el reflejo del agua tiembla, el follaje es un esqueleto, los lagos son pura nubosidad, la cascadas caen pero desde un sueño, los atardeceres son naranjas disecadas, un perro camina con lo que le queda de alma sobre la arena".
La invitación para disfrutar de esta excelente exposición es en los espacios del Ateneo de Caracas, Av. La Salle, Qta. La Colina, urbanización Colinas de los Caobos, subida hacia Venevisión. Hay estacionamiento y seguridad.
Fuente: Maria Octavio.