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LA HISTORIA VIVA DEL PRINCIPAL PARTIDO DEMOCRÁTICO DE VENEZUELA. TALLER PARA FORMACIÓN DE DIRIGENTES AD, GENERACIÓN INTERMEDIA Y JOVEN. TOMO I. Investigación: Lic. Dimas J Pettineroli, Todos los derechos reservados
ACCIÓN DEMOCRÁTICA: AYER, HOY Y SIEMPRE”
“ACCIÓN DEMOCRÁTICA: AYER, HOY Y SIEMPRE”
Fundación ESCUELA NEOESPARTANA DE FORMACIÓN CÍVICA
LA HISTORIA VIVA DEL PRINCIPAL PARTIDO DEMOCRÁTICO DE VENEZUELA
TALLER DE 8 HORAS
PARA FORMACIÓN DE DIRIGENTES AD,
GENERACIÓN INTERMEDIA Y JOVEN
TOMO I
1.- LA FUNDACIÓN DE AD
2.- LOS PRESIDENTES CONSTITUCIONALES
RÓMULO BETANCOURT (I)
RÓMULO GALLEGOS
3.- LAS DIVISIONES
Investigación: Lic. Dimas J Pettineroli, Todos los derechos reservados – 2011
Breve Introducción
SEAN LAS PRIMERAS PALABRAS PARA REMARCAR ALGUNOS CONCEPTOS PRIORITARIOS PARA COMPRENDER ADECUADAMENTE LOS CONTENIDOS DE ESTE TALLER SOBRE EL PARTIDO ACCIÓN DEMOCRÁTICA DE VENEZUELA.
LA POLÍTICA DE VERDAD SE HACE DESDE LOS PARTIDOS POLÍTICOS.
SER MILITANTE IMPLICA UN DELICADO COMPROMISO DE LEALTAD, FIDELIDAD Y PARTICIPACIÓN EN DEFENSA DE LOS IDEALES DEL PARTIDO Y DE LA NACIÓN.
LOS DEMÁS ACTORES SOCIALES TIENEN SUS PROPIOS ROLES.
LA ACTUACIÓN CONJUNTA Y COMPLEMENTARIA AYUDA A ALCANZAR LOS OBJETIVOS DE BIEN COMÚN.
Lo primero que hacen las dictaduras es suprimir los Partidos y confiscar los Derechos Humanos
RESPALDO CONSTITUCIONAL DE LOS
PARTIDOS POLÍTICOS EN VENEZUELA
“Art. 67. Constitución. Todos los ciudadanos y ciudadanas tienen el derecho de asociarse con fines políticos, mediante métodos democráticos de organización, funcionamiento y dirección.
Sus organismos de dirección y sus candidatos o candidatas a cargos de elección popular serán seleccionados o seleccionadas en elecciones internas con la participación de sus integrantes.
No se permitirá el financiamiento de las asociaciones con fines políticos con fondos provenientes del Estado.”
Los partidos son el instrumento constitucional que facilita al ciudadano-elector escoger a sus representantes en los Poderes Ejecutivo y Legislativo.
ORÍGENES DE AD
El antecedente más lejano de Acción Democrática fue la Agrupación Revolucionaria de Izquierda (ARDI) constituida en Colombia por
Rómulo Betancourt y otros exiliados venezolanos (1931).
La dictadura gomecista – como todas - obligaba a estos sacrificios.
A este partido siguió en 1936 el Movimiento de Organización Venezolana (ORVE), que al disolverse dio paso al Partido Democrático Nacional (PDN)
AD es uno de los partidos formados en Venezuela en la primera mitad del siglo XX que ha perdurado. En 2011 es la mayor estructura operativa de la oposición. Su potencial es de un millón de votos.
AD SIEMPRE TUVO POSICIONES DE COMBATE A LAS DICTADURAS MILITARES DE SU ÉPOCA.
Dictadura y Acción Democrática no son compatibles.
PARTIDO DEMOCRÁTICO NACIONAL (PDN)
Fue nombre con el cual funcionó AD en la clandestinidad hasta el momento de su legalización durante la presidencia de Isaías Medina Angarita.
Se plasmaba la idea de un partido policlasista, de masas, moderno, democrático, con fuerza estructural nacional y regional.
AD nunca fue un partido de derecha.
Generó entidades paralelas muy importantes como la CTV.
EL EXILIO NO MUTILO A LOS ADECOS QUE LO APROVECHARON PARA ARMAR SU PARTIDO
PRESIDENTES MILITARES DE VENEZUELA
QUE COMBATIÓ AD HASTA SU FUNDACIÓN
Juan Vicente Gómez General 1908-1935 Golpe de Estado
Eleazar López Contreras General 1935-1936 Encargado
Eleazar López Contreras General 1936-1941 Elec. Indir.
Isaías Medina Angarita General 1941-1945 Elec. Indir.
40 AÑOS DE DICTADURAS MILITARES NO MATARON LA SED DEMOCRÁTICA VENEZOLANA
13 de septiembre de 1941
NACE ACCIÓN DEMOCRÁTICA
En torno a la candidatura presidencial del escritor Rómulo Gallegos, se materializa la fundación de AD. Son sus fundadores además de Gallegos: Rómulo Betancourt, Andrés Eloy Blanco, Luis Augusto Dubuc, Juan Oropeza Riera, Gonzalo Barrios, Leonardo Ruiz Pineda, Jesús Ángel Paz Galarraga, Luis Beltrán Prieto Figueroa, Carlos (Chicho) Herrera entre otros; presentándose el partido en un acto inaugural en la Plaza Nuevo Circo de Caracas.
Lo que esos líderes le dieron a Venezuela en las décadas posteriores es suficiente soporte para decir que estaba naciendo una entidad con ideas y recursos humanos de excelencia.
DISCURSO INAUGURAL DE RÓMULO BETANCOURT
El 13 de septiembre de 1941, en Nuevo Circo
“Tengo la Emoción de quien soñó con esta hora, y la esperó sin impaciencia, seguro de que habría de sonar. La hora de comparecer ante el tribunal de la opinión venezolana, a rendirle cuenta de la labor cumplida por nuestro sector político, de 1937 a esta fecha.
Dijimos y prometimos, en aquellos turbulentos días de 1936, de nuestra resolución de mantener reivindicaciones populares y nacionales, fueren cuales fuesen las circunstancias en que se nos colocara. Y aquí estamos de regreso de un duro recorrido, sin engreída jactancia, pero con la orgullosa satisfacción de haber sabido ser dignos de la fe depositada y consecuentes con el compromiso contraído. La bandera que se nos entregó, en aquellas tumultuosas jornadas multitudinarias del despertar nacional, ha seguido flameando, sin que nada, ni nadie, la hayan mancillado. Extendemos al aire sus alegres colores, en esta tarde inolvidable, enarbolándola con manos más seguras, por la experiencia acumulada y la madurez adquirida.
Nos reincorporamos a la actuación pública sin rencores personales contra nadie, menos impulsivos que ayer, compenetrados mejor de la realidad venezolana, más saturados del sentido de nuestra responsabilidad social.
Empero, animados de la misma pasión de justicia, de la misma fe en Venezuela, de la misma vocación democrática, de la misma convicción profunda de que el pueblo será el principal artífice de una patria lograda, que dio sentido a nuestra labor política en el ya histórico 1936.
Hemos rectificado, y de una vez para siempre, los errores de ayer, pero seguimos siendo fieles a nuestras convicciones democráticas y venezolanistas de siempre.
Imagino la escena, que sucederá dentro de cincuenta años, en una población agraria de los Andes, forjada al arrimo de una potente planta hidroeléctrica, en una población con garajes para tractores; o bien, en una ciudad industrial de la Gran Sabana, construida en la vecindad de las chimeneas de los altos hornos, donde obreros venezolanos estén transformando en materia prima para las fábricas venezolanas de máquinas esos mil millones de toneladas de hierro que en sus entrañas guarda, hoy inexplotadas, la Sierra del Imataca.
Nace Acción Democrática asistido por la fe y la emoción multitudinarias del pueblo, y lo comanda un equipo de hombres conocidos de toda Venezuela, de bien ganada solvencia política y moral, al frente del cual, como su conductor máximo, marcha Rómulo Gallegos. Rómulo Gallegos, maestro de juventudes, profesor de civismo, el candidato simbólico, o lírico, o como quiera llamársele, para la Presidencia de la República en 1941.”
EL TEMA ECONÓMICO
Más de conceptos pronunciados hace 60 años y que hoy tienen plena vigencia:
“Acción Democrática reconoce y proclama que el más angustioso problema nacional es el de la bancarrota de nuestra economía. Somos una nación paradójicamente rica y empobrecida, una nación con un Estado que maneja millones y una industria minera que cierra sus balances anuales con cifras astronómicas. Y sin embargo, la mayoría de la población venezolana está pauperizada y vive bajo el signo de la inseguridad y de la angustia económica.
Nuestro país, en 1941, es la negación de aquella Venezuela de hace mas de cincuenta años, de la cual pudo decir Cecilio Acosta que en ella las bestias pisaban oro y era pan cuanto se tocaba con las manos.
¿A qué se debe esta situación de miseria generalizada?
Somos un país sin deuda gubernamental externa y con un Estado que ostenta el costoso privilegio de un presupuesto anual de gastos señalado entre los más altos de América.
¿Cuál es la causa de que un país como Venezuela, el que exporta más petróleo en el mundo y figura en el tercer puesto en la escala mundial de producción de esa pingüe riqueza minera, presente un cuadro tal de colectiva pobreza?
La razón es ésta: nuestro país, económica y físicamente, está girando alrededor de una sola fuente de riqueza: el petróleo; y los gobiernos venezolanos no han sabido, hasta ahora, imprimirle un ritmo agresivo, dinámico, a las otras fuentes de producción.
En la medida en que ha ido ascendiendo la explotación de oro negro, explotación que controla el capital extranjero, se ha acentuado progresivamente la decadencia de nuestra producción agrícola y pecuaria.
Claro está que esta decadencia de la producción natural de Venezuela deriva del empirismo y despreocupación ante los problemas vitales del país vigentes durante las casi tres décadas de tiranía. Empero, los cinco años del régimen anterior, desde el punto de vista del incremento de la productividad de riqueza netamente venezolana, rectificaron muy superficialmente la obra destructora cumplida por gobernantes divorciados.
La industria nacional tiene dificultades para adquirir materia prima y maquinaria extranjeras; y el comercio trabaja preocupado por la inseguridad de los negocios y por los obstáculos que confronta para adquirir mercancía de importación. Ha aumentado el precio de cuanto compramos en el extranjero.
Esta situación repercute sobre la mesa consumidora del país en forma de reajuste de los sueldos y salarios de los empleados del Estado y particulares; y nuestro pueblo sufre, de un extremo a otro de la República, las consecuencias de una verdadera epidemia de desocupación, o está obligado a resolver el insoluble problema de trabajar y ganar sólo durante dos o tres días de cada semana, cuando los gastos familiares deben cubrirlos siempre por semanas completas de siete días.
Ante este panorama desolado, muchos, por egoísmo o cobardía, alzan los hombros, y se limitan a decir:
«Este país está perdido».
Nosotros, los hombres de Acción Democrática, comprendemos los peligros que entraña esa frase. A Los «países perdidos» se los encuentra y se los coge el primer aventurero audaz que se atreva a ponerles la mano, especialmente en esta época en que ciertos «bandoleros internacionales» están aspirando a pisar en amos sobre la superficie del globo.
Nosotros, los hombres de Acción Democrática, partido afirmativo y con fe en las reservas de la nacionalidad, decimos que Venezuela no está perdida.
Puede salvarse, debe salvarse y se salvará. «Nosotros la salvaremos». Su situación difícil será corregida, si en los hombres y en las mujeres de este país —los que están en el gobierno y los que estamos en la oposición— se afirma el sentido de la responsabilidad hacia la tierra donde nacimos, y nos empeñamos todos en hacerla tramontar la crisis económica y fiscal que la agobia, y la ayudamos a salir de ella fortalecida. Acción Democrática dice, en su programa, que un país de las riquezas y posibilidades económicas del nuestro no tiene por qué estar agobiado de necesidades insatisfechas. Y que sólo se requiere la concertación de un plan científico, audaz y bien elaborado de impulso a la producción nacional para alcanzar una era de prosperidad.
Nuestro partido considera que, en este propósito, el Estado venezolano tiene una tarea central por realizar. Debido a las peculiaridades de nuestra estructura económica, el Estado venezolano cuenta con disponibilidades de dinero y con recursos de todo orden que le señalan como el pionero, como el «baquiano», en esta tentadora empresa de la reconstrucción nacional.
Saneado el aparato administrativo, podría imprimírsele ritmo acelerado a la producción nacional.
Se necesitan tierras para producir. Ahí están las tierras confiscadas a la sucesión Gómez, casi todas regentadas malamente por administradores que se parecen un poco a los «coroneles» de ayer.
Ahí están las tierras ejidales y baldías, usurpadas por personajes influyentes de otras épocas, esperando la remensura que las rescate para la nación y permita ser mejor utilizadas.
Ahí están innumerables haciendas abandonadas por sus dueños, quienes viven en las ciudades, convertidas en barbecho infecundo y aptas para ser transformadas en surco promisor de riqueza, cuando el Estado las adquiera a su justo precio, y las ponga entre las manos callosas de los agricultores que suenan con una parcela laborable...
Y estimular y apoyar, resueltamente, a la industria nacional. Consumir lo que producimos y empeñarnos en producir cada vez más. Que tengamos orgullo en andar vestidos con la tela que fabricó la mano de obra nacional en la empresa textil de capital nacional; de curarnos con la medicina que elaboró en los laboratorios nacionales, el técnico nacional; de construir nuestras casas con las maderas que aserraron, en las montañas venezolanas, los peones de Venezuela.
HAGO Un llamamiento a todos los hombres y mujeres demócratas de Venezuela, de todas las clases sociales, a que vengan a buscar un puesto de acción, de responsabilidad y de trabajo bajo las limpias, acogedoras banderas de nuestro Partido.
Acción Democrática se dirige a los hombres y mujeres de los cuatro costados del país, porque uno de sus propósitos fundamentales es el de contribuir a que termine para siempre eso de andinos, orientales y centrales, doctrina del desmigajamiento nacional forjada por politiquillos de aldea, por miopes caciques de caserío.
Acción Democrática aspira a ser —y será— el cemento que amalgame a todos los venezolanos que amen su nacionalidad. El cemento que amalgame —para hacerla cada vez más fuerte y viril— el alma inmortal de la nación.
PRESIDENTES QUE DIO ACCIÓN DEMOCRÁTICA
Presidente postulado por AD Periodo Acceso al poder Ocupación
Rómulo Betancourt 1945-1948 Golpe de Estado Periodista
Rómulo Gallegos 1948-1948 Elecciones libres Escritor
Rómulo Betancourt 1959-1964 Elecciones libres Periodista
Raúl Leoni 1964-1969 Elecciones libres Abogado
Carlos Andrés Pérez 1974-1979 Elecciones libres Político
Jaime Lusinchi 1984-1989 Elecciones libres Médico pediatra
Carlos Andrés Pérez 1989-1993 Elecciones libres Político
Octavio Lepage 1993-1993 Presidente provisional elegido por el Congreso Abogado
Ramón J. Velásquez 1993-1994 Presidente interino elegido por el Congreso Historiador
DIVISIONES EN AD
AD como el resto de partidos venezolanos ha sufrido diversas escisiones en los últimos años, siendo las más importantes la encabezada por los sectores juveniles radicales de izquierda que fundan el Movimiento de Izquierda Revolucionaria de ideología marxista, que sería una de las principales fuerzas políticas que se lanzaría a la lucha guerrillera contra el sistema de partidos instaurado en 1958.
Posteriormente, sufriría una importante más no masiva escisión encabezada por Raúl Ramos Giménez, dirigente del llamado sector "ARS" del partido, que al no lograr fortalecer su posición con miras a las elecciones de 1963, decide separarse y armar la candidatura de su líder por separado con un partido denominado AD-Oposición que luego se transformaría en Partido Revolucionario de Integración Nacionalista (PRIN).
La más sensible de las divisiones se viviría al acercarse las elecciones del año 1968, cuando el sector dirigido por Luis Beltrán Prieto Figueroa a la sazón Secretario General de la agrupación y Jesús Ángel Paz Galarraga, se marchan al no lograr la nominación presidencial adeca. Es así como nace el Movimiento Electoral del Pueblo (MEP, el ala socialista no marxista de AD), que si bien no logra el triunfo electoral (a pesar de que Prieto alegó que sus votos le fueron escamoteados para arrebatarle la victoria), al dividir la votación socialdemócrata ocasiona que AD, el partido oficialista, perdiera el poder frente a Rafael Caldera y COPEI.
Igualmente se pueden citar corrientes internas dividas a partir de la década de 1970 que se han hecho notorias, una liderada por Pérez, otra por Luis Piñerúa Ordaz, siendo el segundo más conservador.
Las últimas escisiones fueron las lideradas por Manuel Rosales, Alfonso Marquina y oros que dio lugar a Un Nuevo Tiempo y Antonio Ledezma que funda Alianza Bravo Pueblo.
El voto de base adeca, en 2011 supera el 50 % de los
votos duros de la oposición.
PRESIDENTE RÓMULO BETANCOURT - 1945/1948
Rómulo Antonio Betancourt Bello, Nació en Guatire, Miranda, Venezuela, 22 de febrero de 1908 – Falleció en Nueva York, Estados Unidos, 28 de septiembre de 1981.
Fue político de raza, periodista, escritor, estadista calificado y un gran orador venezolano.
Presidente de Venezuela de forma provisional entre 1945 y 1948 y constitucional entre 1959 y 1964.
Rómulo Betancourt es reconocido como uno de los más importantes políticos venezolanos del siglo XX.
Su participación dentro de la política venezolana comenzó en 1928, cuando como líder estudiantil, dirigió conjuntamente con otros destacados jóvenes de la época la primera manifestación popular en contra de la dictadura de Juan Vicente Gómez.
Betancourt fue uno de los más acérrimos opositores clandestinos al gomecismo, condición que le costó el destierro del país hasta la muerte del dictador.
Entre 1931 y 1935 fue miembro del Buró Político del Partido Comunista Costarricense. Posteriormente fue expulsado de su país durante los gobiernos de Eleazar López Contreras y por los gobiernos militaristas que tomaron el poder desde 1949 hasta 1958.
En 1941 fundó junto a otros destacados líderes de la izquierda política venezolana, el partido Acción Democrática que pronto se convertiría en el primer partido político del país en lo que resta de siglo.
En 1945 ante la negativa del gobierno de Isaías Medina Angarita de legalizar las elecciones populares para Presidente, se suma al golpe de estado cívico-militar del 18 de octubre, para así instaurar un gobierno de transición que garantizara la constitución de diversos decretos ley de emergencia y de elecciones libres en los venideros años para el Presidente de la nación.
Un día después del derrocamiento de Medina, el 19 de octubre es designado Presidente provisional de la Junta Revolucionaria de Gobierno, integrada por civiles y militares.
Las principales metas del gobierno transitorio eran: instaurar el sufragio libre, directo, universal y secreto, otorgar plena garantía a los partidos políticos, combatir la corrupción administrativa y aliviar el costo de la vida.
Su primer período de gobierno terminó el 15 de febrero de 1948, tras la elección de Rómulo Gallegos.
19 de octubre de 1945
Rómulo Betancourt había participado en pleno en la conspiración contra el gobierno medinista.
El 17 de octubre de 1945 los adecos realizaban un mitin en el Nuevo Circo de Caracas, en el cual alertaban a sus seguidores el peligro que corría el país de llegar a la primera magistratura el doctor Ángel Biaggini, abanderado político del partido de gobierno y de la no decisión del Ejecutivo de legalizar el sufragio popular. Betancourt cerró el mitin en el que dijo:
“Es indudable que ya este país no quiere ver más, respetando y estimando profundamente al Ejército, a generales en jefe o generales de brigada en la Presidencia de la República. La Venezuela que estudia lo sabe, y la otra Venezuela lo intuye, porque, que el arte de gobernar es flexibilidad, espíritu de compromiso, diálogo esclarecido entre el Magistrado y el pueblo.
¿Es que un pueblo libre, un pueblo de libertadores, puede continuar admitiendo que cada cinco años sea un hombre o una camarilla quien le imponga gobernante?
¿Es que no puede nadie más gobernar a Venezuela que algunos de los escasos hombres que quedan del grupo político que viene monopolizando la Presidencia de la República?
¿Es que somos colectivamente una nación de dementes o de serviles crónicos, obligados a estar siempre conducidos por unos cuantos tutores, cuando vemos a todos los pueblos de la tierra dándose sus propios gobiernos?
Finalmente el 18 de octubre el complot se llevó a hechos, tras la negativa de Medina Angarita de otorgar la legalización del sufragio libre.
Los militares y civiles involucrados en el movimiento hicieron estallar un golpe de estado que fue imposible detener.
El 19 de octubre de 1945 a las 8 pm se procedió a firmar el acta del nuevo gobierno.
Fue a través de una Junta Revolucionaria de Gobierno como se restituiría el hilo constitucional y a su vez como se propiciarían los cambios considerados necesarios por la junta.
Ese día se constituyó en el Palacio de Miraflores la junta cívico-militar, que cumpliría las funciones del Poder Ejecutivo de la Nación y estaría presidida por Rómulo Betancourt, e integrada por los civiles: Luis Beltrán Prieto Figueroa, Raúl Leoni, Edmundo Fernández y Gonzalo Barrios y por los militares: Mayor Carlos Delgado Chalbaud, y Capitán Mario Vargas.
JUNTA REVOLUCIONARIA DE GOBIERNO
La junta entró en vigencia según Gaceta Oficial número 21.841. Su acción inmediata era la de suplir el vacío de poder generado tras el golpe de estado al Presidente Medina Angarita, antes de constituirse sus miembros acordaron que estos no podrían aspirar a la Presidencia inmediatamente al fin del período.
Los principales objetivos del nuevo gobierno eran proclamar diversos decretos ley de emergencia, entre los cuales se pueden nombrar: la instauración de una Asamblea Constituyente mediante previa consulta electoral que dotara a la República de una nueva Carta Constitucional.
El otorgamiento del derecho al voto libre, directo, universal y secreto a todos los ciudadanos venezolanos -hombres y mujeres-, mayores de 18 años para la elección del Presidente y miembros del Congreso.
El combate a la corrupción administrativa.
Medidas para lograr el abaratamiento del costo de la vida; el cambio de la política petrolífera con el aumento de impuestos a las compañías extranjeras; las reformas agraria y educacional.
El ejercicio pleno de la libertad de expresión y pensamiento; la libertad de función plena a los partidos políticos y sindicatos organizados.
La abolición del reclutamiento forzoso para el servicio militar y el rompimiento de relaciones con gobiernos no-democráticos.
Al asumir el poder, la junta decretó que las compañías petroleras debían pagar un impuesto extraordinario que pasó de 12 hasta 20% por las ganancias obtenidas y que el año siguiente se aumentó hasta el 28, 5%, al final del período ya se discutía en el Parlamento el alza del impuesto a las transnacionales hasta el 50%, conocido como fifty-fifty.
Esta alza en los impuestos, conjuntamente con el incremento a la producción que al término del gobierno era de 500 millones de barriles al año generó un período de bonanza petrolera que no había sido dado por ningún gobierno predecesor.
Esto además de que Venezuela pasó a ser el principal proveedor del oro negro para los aliados durante las guerras llevadas a cabo en Europa.
Durante la revolución también se firmaron los primeros contratos colectivos a los obreros venezolanos, y se dio libre cabida a los sindicatos de trabajadores, los cuales se cuadruplicaron en apenas tres años de gobierno.
También se fundó la Confederación de Trabajadores de Venezuela.
La inversión en el sector educación se incrementó considerablemente.
Se emprendió una reforma educativa que garantizaba la instrucción primaria pública a toda la población.
Se arrancó una agresiva campaña de alfabetización, sobre todo en el campesinado venezolano, con la cual la tasa de alfabetización en el país se disparó como nunca antes.
Según Betancourt: "Si el pueblo es el soberano, hay que educar al soberano".
Venezuela también recibió durante este período a decenas de miles de inmigrantes europeos desplazados a causa de la Segunda Guerra Mundial.
El gobierno betancourista se comprometió en darle refugio a los desplazados, suscribiendo el tratado de la Organización Internacional para los Refugiados de las Naciones Unidas.
El 1 de abril de 1946 se instaló por primera vez el Consejo Supremo Electoral (actual Consejo Nacional Electoral) y el 17 de diciembre se constituyó la nueva Asamblea Constituyente.
Con las elecciones legislativas llevadas a cabo ese año, el gobierno salió victorioso, pues Acción Democrática ganó el mayor número de escaños en la Asamblea Nacional Constituyente (137 de 160 constituyentitas), en el Congreso de la República (83 de 111 diputados) y en el Senado de la República (19 de 25 senadores).
Dicha mayoría adeca le permitió al gobierno adelantar las leyes que eran consideradas por la junta como de urgencia, la Asamblea estaba presidida por Andrés Eloy Blanco.
La oposición también tenía representación en el Parlamento Nacional con los partidos: COPEI, URD y PCV.
Betancourt votando en las Elecciones Presidenciales de 1947
La nueva Constitución entró en vigencia el 5 de julio de 1947 y de esa manera se dio fecha a las primeras elecciones presidenciales en Venezuela, las cuales se llevarían a cabo el 14 de diciembre del mismo año.
Pese a todo el clima de apertura democrática, no faltaron las revueltas golpistas y conspiraciones militares que lograron ser sofocadas efectivamente por el gobierno.
Algunos de ellos inclusive perpetrados por oficiales del gobierno y por algunos civiles disidentes. Otros financiados por gobiernos foráneos con los cuales la Revolución había roto relaciones, tal es el caso, de los intentos de magnicidio a Betancourt ordenados por los dictadores Rafael Leónidas Trujillo de República Dominicana y Anastasio Somoza García de Nicaragua.
Igualmente las protestas civiles calentaron la calle con medidas consideradas más tarde por Rómulo Gallegos como de evidente sectarismo e intolerancia política, tal es el caso del decreto educacional 321 que consideraba sistemas de evaluación distintos para planteles públicos y privados. El mismo Betancourt reconoció años después:
“Estuvimos al borde del colapso y de caer desbarrancada en el abismo con motivo del decreto 321.”
Sin embargo, la labor del gobierno era apoyada mayoritariamente por la población, eso refleja la fuerza adquirida por Acción Democrática como el partido de mayor militancia del país y el más votado.
En diciembre de 1947 los venezolanos acuden por primera vez a las urnas electorales a elegir el presidente de su nación, Rómulo Gallegos de AD es electo.
El 15 de febrero de 1948 Betancourt entregó el poder a su compañero de partido, Rómulo Gallegos.
Era la primera vez que un mandatario le entregaba la banda presidencial a otro electo por votación popular en Venezuela. Gallegos impulsó un régimen de concordia y de amplias garantías constitucionales, según sus partidarios de alguna forma siguieron los cambios generados durante el trienio betancourista.
Betancourt cambia Miraflores por la Secretaría General de Acción Democrática y trabajó en asuntos internacionales con el nuevo gobierno. También fue el enviado de AD para representar al país en la IX Conferencia Internacional Americana, realizada en Bogotá, en la cual se aprobó la Carta de la Organización de Estados Americanos y donde Betancourt expone su pensamiento americanista democrático.
Sus ideas convertidas en Doctrina – son: no reconocimientos de regímenes dictatoriales, el antiimperialismo, la integración de los países latinoamericanos y la no-intervención en los asuntos internos de las naciones.
Volvería a insistir en estas ideas durante la cumbre de la OEA de septiembre de ese año en Washington DC.
El 30 de mayo Betancourt es elegido Presidente de Acción Democrática. El 24 de noviembre el propio Ministro de Defensa de Gallegos, Carlos Delgado Chalbaud, comanda un nuevo golpe de estado y derroca al presidente.
A causa de esto Betancourt obtiene asilo en la Embajada Colombiana el 1 de diciembre, y el 23 de enero de 1949 abandona el país con destino a Estados Unidos, su tercer exilio.
NOTA: volveremos a hablar sobre Rómulo Betancourt cuando tratemos su Segunda Presidencia.
PRESIDENTE RÓMULO GALLEGOS 1948
Rómulo Gallegos, maestro, novelista, ensayista, cuentista, dramaturgo, periodista, nació en Caracas el 2 de agosto de 1884.
Estudió en el Colegio "Sucre" y realizó estudios universitarios en Filosofía, Literatura y Matemáticas.
Hizo carrera docente, dirigió el Liceo Federal de Barcelona (Venezuela), la Escuela Normal de Caracas y el Liceo "Andrés Bello" de la capital venezolana.
Después de abandonar sus estudios de Derecho, se inicia en el periodismo y la literatura en 1909, cuando funda en unión de varios intelectuales la revista La Alborada, sus inquietudes literarias afloran incipientes.
En 1913 publica su primer libro de cuentos: Los Aventureros.
En este mismo año escribe también su primera novela titulada El último solar, pero no la publica sino en 1920; cuando publicó La Trepadora (1925), el novelista de la tierra natal y el político liberal de oposición ya iban de la mano, diez años más tarde aparece con el nombre de Reinaldo Solar, título definitivo.
Su carrera política se estrena siendo electo Senador por el Estado Apure, pero Gallegos decide no concurrir al Congreso y renuncia desde Nueva York el 24 de junio de 1931. Dimitió como acto de protesta contra la dictadura del General Juan Vicente Gómez. Permaneció en España de 1932 a 1935.
En este período fue publicada su obra cumbre: Doña Bárbara (1929), que es saludada con aplausos por la crítica general. Es un libro que coloca como protagonista a la naturaleza misma, expresada en el indómito paisaje de los llanos venezolanos.
Luego va a seguir su incansable producción: Cantaclaro (1934); Pobre Negro (1937); Sobre la misma tierra (1943); La brizna de paja en el viento (1952).
Durante la Presidencia del General López Contreras fue Ministro de Educación, en 1936.
Entre 1937 y 1940 es Diputado al Congreso Nacional por el Distrito Federal.
En 1941 habiendo sido electo Concejal por elección popular, ejerce la Presidencia del Ayuntamiento.
Al fundarse el Partido Acción Democrática, Gallegos es elevado a la Presidencia hasta 1948, en que asume la Presidencia de la República tras haber ganado las elecciones por amplia mayoría.
CORTA PRESIDENCIA
El período de Gallegos que debía durar hasta 1952, se redujo a sólo unos meses, ya que fue derrocado por un golpe militar el 24 de noviembre de 1948. Vivió su exilio en Cuba y en México hasta su regreso, en 1958.
Gallegos era una figura de nuestra literatura nacional y también un respetado dirigente político democrático. Tenía una gran estatura política y moral por su actitud digna ante la tiranía de Gómez, sus años de exilio y su actuación política entre 1936 - 1945. Por eso, no fue una sorpresa que resultara electo Presidente Constitucional de la República con una mayoría del 74% de los votos.
Sus oponentes en esas elecciones fueron los doctores Rafael Caldera, candidato de COPEI, y Gustavo Machado candidato del Partido Comunista.
Una vez electo Don Rómulo Gallegos, éste trató de continuar la obra de gobierno progresista iniciada por la junta presidida por Betancourt.
Ello provocó una acentuada oposición de algunos sectores militares, los grupos políticos de la Derecha conservadora y por supuesto de los que habían apoyado antes al régimen del General Medina Angarita.
En medio de la pugna política cada vez más fuerte, los militares encabezados por el propio Ministro de la Defensa, Carlos Delgado Chalbaud y otros jefes militares, como Marcos Pérez Jiménez y L. F. Llovera Páez, derrocaron al Presidente Gallegos el 24 de noviembre de 1948.
En ese período, no gobernaron siempre las mismas personas y tampoco el régimen dictatorial tuvo iguales características.
Cuando los militares dieron el Golpe de Estado contra Gallegos el 24 de noviembre de 1948, ellos organizaron una Junta Militar de Gobierno formada por los tenientes-coroneles Carlos Delgado Chalbaud, Marcos Pérez Jiménez y Luis Felipe Llovera Páez.
Estos tres comandantes, que eran los máximos jefes militares del país, asumieron arbitrariamente el poder político nacional argumentando que el Presidente Gallegos no había aceptado sus peticiones.
Los militares y sus partidarios exigieron que Rómulo Betancourt se retirase al extranjero, que el Presidente no gobernase en alianza con su partido AD y además se pusiera fin al sectarismo político-partidista que tenía al país supuestamente al bordé de una Guerra Civil.
La Junta Militar de Gobierno expulsó del país al Presidente Gallegos, a sus ministros, miembros del Congreso Nacional y muchos otros funcionarios y jefes políticos.
Además de encarcelar o expulsar del país a muchos dirigentes de Acción Democrática, se procedió también a ilegalizar a ese partido el 7 de diciembre de ese año 1948; por ello se clausura sus locales o sedes, sus periódicos y otros órganos de propaganda.
A pesar de la persecución contra los adecos, el gobierno no persiguió, al mismo tiempo, a los otros partidos. COPEI, URD y el PCV pudieron continuar sus actividades con algunas limitaciones hasta 1950. Por esa razón, a ese período de la tiranía le llaman "la Dictablanda".
La dictadura estuvo 10 años en el poder hasta ser derrocada por el Pueblo el 23 de febrero de 1958.
NOTA: el maestro Rómulo Gallegos murió en Caracas, el 5 de abril de 1969 pero su obra continúa siendo hoy en día, un punto de referencia sobre Venezuela y el mundo iberoamericano
Gallegos escribió también cuentos y dramas, e hizo cine.
FIN TOMO I
Informaciones captadas en fuentes de AD, artículos sueltos, notas de prensa y archivos históricos de Venezuela.