El Congreso estadounidense aprobó el martes la ley de finanzas para el departamento de Seguridad Interior, poniendo fin así a varias semanas de una guerra parlamentaria sobre la inmigración, que los republicanos terminaron perdiendo frente a la minoría demócrata.

En última lectura, la Cámara de Representantes aprobó una medida que financiará plenamente la seguridad interior hasta el final del año presupuestario 2015, el 30 de septiembre. El proyecto fue aprobado con el apoyo unánime del grupo demócrata y dos tercios de los republicanos votaron en contra.

Los conservadores querían aprovechar la iniciativa de presupuesto para anular, a través de sucesivas enmiendas, un plan de regularizaciones provisionales de indocumentados anunciado por Barack Obama en noviembre, que califican de ilegal. Pero la obstrucción de los senadores demócratas hizo fracasar su estrategia y los líderes republicanos se resignaron a aceptar su derrota el martes.

Barack Obama dijo en un comunicado que "tras demasiado tiempo, el Congreso finalmente votó para finanziar plenamente (la) misión" del departamento de Seguridad Interior y prometió ratificar el texto.

"Hoy el Congreso ha cumplido con su trabajo", se felicitó la senadora demócrata Barbara Mikulski tras la aprobación de la ley de 39.700 millones de dólares, 400 millones más que en 2014.

Los cerca de 230.000 funcionarios concernidos (Policía Federal, fronteras, seguridad en los transportes, guardacostas, immigración) podrán, pues, seguir trabajando normalmente más allá del plazo del fin de la financiación del departamento el viernes a medianoche.

La reforma del sistema de inmigración propuesta por Obama no se verá amenazada por el Congreso, aunque un juez de Texas bloqueó temporalmente su entrada en vigor.