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A los 96 años y después de haber librado una batalla victoriosa contra la lepra y la leishmaniasis, Jacinto Convit comienza a trabajar en la investigación para el desarrollo de una vacuna que apunte a la cura del cáncer.
Se asoció hace tres años con el oncológico Luis Razetti para trabajar en una nueva inmunoterapia que combata la enfermedad.
A los 96 años, Convit vuelve a empezar. Parece acostumbrado a los comienzos y a ser el primero en lo que hace. Gracias a su esfuerzo, Venezuela se convirtió en el primer país del mundo en cerrar una leprosería, los vergonzosos ‘ depósitos’ donde recluían a la fuerza a los enfermos de lepra.
El tratamiento y la terapia humanizada ensayada por Convit fue asumida por la Organización Mundial de la Salud y fue también el primero en desarrollar una vacuna terapéutica contra la leishmaniasis con 95% de efectividad.
‘ Hay que amar los proyectos. El que no los tiene no vive.
Proyectos de vida continuos son los que hacen a los pueblos poderosos. Esa debería ser una cátedra en la universidad’ , refiere Convit, desde su modesta oficina en el Instituto de Biomedicina, ubicada a la entrada del hospital Vargas.
Sobre su escritorio sólo hay carpetas y papeles. No hay computadoras, no hay celular.
Apenas se distinguen un teléfono inalámbrico blanco, otro convencional, y un botón que pulsa cada vez que necesita la asistencia de su secretaria, sentada al otro lado de la puerta de su oficina.
‘ Los celulares esclavizan’ , sentencia y ‘ las computadoras las usan otros’ , señala hacia afuera, donde trabaja el equipo que lo acompaña.
Ese equipo, en el que predominan las mujeres, tiene la obligación de marchar a la misma velocidad del candidato al Premio Nobel de Medicina de 1988.
‘ No le gusta hablar de lo que hizo, sino de lo que va a hacer’ , señala una de sus colaboradoras.
Continúa la lucha contra la lepra yla leishmaniasis, ‘ aunque reconozco que no desaparacerán mientras imperen la ignorancia y la pobreza’ . Sin embargo, también invierte su tiempo en otros proyectos humanísticos.
Hace muy pocos días, el 2 de noviembre, Convit recibió el premio de la Fundación Alstom por la creación del Centro Piloto para la Educación en Ambiente, Salud y Desarrollo Sustentable. Con el galardón se podrá complementar un esfuerzo que el Instituto de Biomedicina ha desarrollado por más de veinte años: el control de enfermedades endémicas en la comunidad warao.
Eso lo anima, pero no lo calma. Se necesitan recursos para la construcción de otro centro que conjugue la salud y la música. Esa es ahora la razón de sus desvelos.
Fuente:http://www.ultimasnoticias.com.ve